“Las armas propias son las que están compuestas o por
súbditos o por ciudadanos, o por siervos tuyos: todas las demás o son
mercenarias o auxiliares”
“Las armas de otros o te vienen grandes, o te pesan, o te
oprimen”
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| Para Luchar contra Goliat, David rechazó las armas ofrecidas por Saúl, alegando que no se podía valer bien por sí mismo. |
“Los principales cimientos que tienen todos los Estados,
tanto los nuevos como los antiguos o mixtos, son las buenas leyes y las buenas
armas. No puede haber buenas leyes sin buenas armas, y donde hay buenas armas
conviene que haya buenas leyes” […]
“Cómo un príncipe de
una república debe utilizar las armas: el mismo príncipe debe ir en persona y
ejercer de capitán de las mismas; la república tiene que mandar a sus
ciudadanos y, si manda a uno que no le resulte valiente, debe cambiarlo, y si
lo es, ha de sujetarlo con las leyes para que no pueda excederse de sus
funciones.” […]
“La táctica seguida
por los capitanes mercenarios ha consistido, ante todo, en destruir la
reputación de la infantería para dársela a sí mismos. Porque, al no tener
Estado y vivir del oficio de la guerra, una infantería reducida no les daba la
suficiente reputación y no podían alimentar una mayor. De modo que se limitaron
a la caballería, con la que eran pagados y honrados sin que su número fuera
gravoso. Y las cosas llegaron a tal extremo que un ejército de veinte mil soldados
apenas contaba con dos mil infantes.
Además de esto, hicieron de todo para evitar, tanto a los soldados
como a sí mismos, la fatiga y el miedo: no mataban en combate, sino que hacían
prisioneros sin exigir rescate; de noche no atacaban a las ciudades; los de la
ciudad no atacaban a los de los campamentos; no construían alrededor de los
campamentos ni empalizadas ni fosos; no luchaban en invierno. Y todo esto
estaba permitido en sus ordenanzas militares, inventadas por ellos para huir,
como hemos dicho, de la fatiga de los peligros. Así han conducido a Italia a la
esclavitud y al vituperio.”
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"Las armas auxiliares, que son las otras armas inútiles
son aquellas de las que puedes disponer cuando llamas a un poderoso para
que con sus ejércitos te ayude y te defienda.” […]
“Estas tropas pueden
ser útiles y buenas para sí mismas, pero son casi siempre perjudiciales para
quien las llama, porque, si pierdes, quedas deshecho, y si vences, quedas a su
merced.” […]
“Así pues, quien
quiera salir victorioso que se valga de estas armas, porque son más peligrosas
que la mercenarias. Pues con aquéllas la derrota está garantizada, ya que están
todas unidas y obedecen a otros, pero las mercenarias, una vez que hayan
vencido, necesitan tiempo para perjudicarte y una ocasión más propicia, pues no
forman un cuerpo único y las has buscado y pagado tú.” […] “En resumen en las
mercenarias es más peligrosa la desidia; en las auxiliares, la virtud” “Los
príncipes sabios piensan que no es auténtica victoria la que se obtiene con las
armas ajenas.”
“Quod nihil
sit tam infirmum aut instabile, quam fama potentiae non sua vis nixa”
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